domingo, 10 de junio de 2012

1) El Pais

1. Opinión:
He aquí algunas frases que nunca deberás pronunciar si posees un mínimo de autoestima y tratas de excluirte del rebaño humano. Ante la presente crisis económica nunca digas: el final del túnel, ni con la que está cayendo, ni también saldremos de esta, ni la culpa la tienen los mercados, ni ahora le toca mover ficha a la Merkel. Muérdete la lengua antes de soltar: hemos hecho los deberes, sí o sí, o el tradicional ¿con IVA o sin IVA? Prohíbete indicar las comillas agitando dos dedos de cada mano en el aire y sentado a una mesa a la hora del almuerzo no digas que este gazpacho se agradece mucho en verano y que a tu mujer le sale muy rico. Si alguien de los tuyos ha pasado a mejor vida no comentes: gracias a Dios ha muerto sin enterarse, ayer mismo todavía se comió una tortillita, al final se había quedado como un pajarito. Aunque tengas buen corazón no repitas la obviedad de que la justicia debería ser igual para todos, ni tolerancia cero con los que meten mano en la caja, ni el Gobierno ha traspasado la línea roja. Si eres un político al que han pillado en un caso de corrupción no digas que tienes la conciencia tranquila y que abandonas el cargo para no perjudicar al partido y poder defenderte mejor, que solo estás imputado o condenado a la pena de banquillo. Puede que después de mucho tiempo sin verlo te encuentres con un amigo, en cuyo caso nunca le digas estás más gordo o más flaco, como si fueras un hombre báscula, y si este amigo se conserva físicamente muy bien, no le espetes con cara de asombro: estás igual, por ti no pasa el tiempo, has hecho un pacto con el diablo o parece que te conservas en formol. Cuando el que se presenta es aquel compañero del colegio, un viejo camarada del partido o aquel gracioso de la excursión de la agencia de viajes y te interroga con un tono casi amenazante ¿no me conoces?, contéstale simplemente sí o no, o mándalo a la mierda, no vengas con eso de tu cara me suena, ahora no caigo. Nunca digas que tienes que ponerte las pilas ni que hay que cambiar de chip, ni te has pasado tres pueblos, pero ante todo nunca exclames ante una desgracia que eso era la crónica de una muerte anunciada. Después de hablar de forma tan idiota, límpiate la lengua con un estropajo, como hacía de niño tu madre.
2. Información:
No hay torneo más puñetero que la Eurocopa. No es casualidad que la hayan ganado equipos como Grecia o Dinamarca. No cuenta la condición de favorito ni el ranking. Holanda perdió nada más comenzar contra los daneses, Alemania ganó por la mínima a Portugal y España cedió un empate contra Italia en un partido de palabras mayores, muy exigente, interesante tácticamente, plagado de sutiles detalles, históricamente muy competido.
Italia funcionó estupendamente como equipo, mejor incluso que España, más que nada porque los jugadores de que dispone Prandelli tienen menos calidad que los de Del Bosque. La Roja mantiene abierto el debate sobre la figura del 9, un contencioso que normalmente acaba bien, y por el contrario ha perdido equilibrio, sobre todo mecánica de juego, circunstancias capitales para entender las concesiones defensivas ante los azzurri.
España estuvo tan excelsa en el juego por dentro de sus interiores, Silva e Iniesta, como deficiente por fuera, más que nada por la poca incidencia de los laterales Alba y Arbeloa. Al igual que en Sudáfrica, maduró el partido en ataque mientras se discutía sobre la alineación de Cesc y pudo resolverlo con Torres. Ningún partido parece definitivo para resolver si es mejor jugar con o sin ariete y con o sin extremos. La eterna duda de España.

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