domingo, 29 de abril de 2012

La Celestina

La celestina (1499/1502), de Fernando rozas, es una de las obras más leídas y comentadas de la literatura española. Calisto, un joven de noble linaje se enamora a primera vista de Melibea, la única heredera de una familia. Pero cuando Calisto comienza a expresarle sus sentimientos con lisonjas, ella lo rechaza. Su criado Sempronio le sugiere que recurra a una vieja prostituta y alcahueta profesional llamada Celestina. Ésta se hace pasar por vendedora de artículos diversos para entrar en las casas y organizar citas de amantes. También regenta un burdel con dos prostitutas, Areúsa y Elicia. Pármeno, otro criado de Calisto, cuya madre conocía a Celestina, trata de disuadirlo: ". . . tenía para remediar amores y para se querer bien: tenía huesos de corazón de ciervo, lengua de víbora, cabezas de cordonizes . . . Venían a ella muchos hombres y mujeres."A pesar de las razones de Pármeno, Calisto no le hace caso e insiste en su deseo de poseer a Melibea. Celestina conjura al diablo para hechizar a Melibea y hacer que se enamore de Calisto. Luego va a su casa con el pretexto de venderle hilado. Melibea le paga el hilado con su cordón y ésta lo usa para completar el hechizo. Celestina también logra corromper a Pármeno y le envía una de sus prostitutas, Areúsa, a seducirlo para que se ponga de su parte. Mientras tanto la otra, Elicia, es amante de Sempronio. Una vez que Melibea se enamore de Calisto, éste le da a Celestina una cadena de oro. Sempronio y Pármeno querían beneficiarse de la pasión de su amo también, por lo que le reclaman a Celestina su parte del pago, pero ella se niega a compartir. Los criados se vengan de Celestina, matándola pero al tratar de huirse de la justicia, se saltan por la ventana y se mueren. Las dos prostitutas, que se han quedado sin Celestina y sin sus amantes, deciden vengarse de Calisto de Melibea. Envían al rufián Centurio a que arme un alboroto en la calle durante una cita romántica entre Calisto y Melibea. Calisto baja la escalera apresuradamente para ver qué pasa y asegurarse de que sus criados no estén en peligro, pero se cae y se muere. Al ver esto, Melibea confiesa a su padre sus amores con Calisto y sus tratos con Celestina, y enseguida se quita la vida, lanzándose de una torre de su casa. La obra termina con la lamentación de Pleberio, padre de Melibea.

Coplas por la muerte de su padre

Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte
contemplando
como se pasa la vida, como se viene la muerte
tan callando
cuan presto se va el placer cuando después de acordado
da dolor
como a nuestro parecer cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

Este mundo es el camino para el otro que es morada
sin pesar
mas cumple tener buen tino para andar esta jornada
sin errar
partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos
y llegamos
al tiempo que fenecemos, así que cuando morimos
descansamos.

Los placeres y dulzores de esta vida trabajada
que tenemos
no son sino corredores y la muerte la celada
en que caemos
no mirando a nuestro daño corremos a rienda suelta
sin parar
y es que vemos el engaño y queremos dar la vuelta
no hay lugar.

Esos reyes poderosos que vemos por escrituras
ya pasadas
con casos tristes llorosos, fueron sus buenas venturas
trastornadas
así que no ha cosa fuerte, que a Papa, emperadores
y prelados
así los trata la muerte como a los pobres pastores
de ganado.

Después de puesta la vida tantas veces por su ley
al tablero
después de tan bien servida la corona de su rey
verdadero
después de tanta hazaña a que no puede bastar
cuenta cierta
en la su villa de Ocaña vino la muerte a llamar
a su puerta.

Diciendo buen caballero dejad el mundo engañoso
y sus halagos
vuestro corazón de acero muestre su esfuerzo famoso
en este trago
y pues de vida y salud hicisteis tan poca cuenta
por la fama
esfuércese la virtud para sufrir esta afrenta
que os llama.

Así con tal entender todos sentidos humanos
conservados
cercado de su mujer y de sus hijos y hermanos
y criados
y el alma quien se la dio, la cual la vio en el cielo
en su gloria
y aunque la vida perdió, dejonos harto consuelo
su memoria.